miércoles, 21 de septiembre de 2016



La leyenda de las ballenas

Para comenzar a construir una redacción de la película, en primer lugar dejaremos en claro a lo que refiere el término “cultura” de acuerdo al británico Edward Tylor, quien retoma este concepto como “ese todo complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres, y cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridas por el hombre como miembro de la sociedad”, claro está, no es adquirida por herencia biológica, sino es próxima a desarrollarse en una sociedad concreta donde se hallan expuestos a una tradición cultural específica mediante un lenguaje silencioso, que se transmite de manera inconsciente, produciendo identidad mediante un proceso de simbolización dado de la construcción cultural histórica de atribuciones, prácticas y emociones, compuestas por el cognitivismo, es decir, lo objetivo, la información e historia de la cultura, ya que será fundamental como instrumento de poder, pues persuade a la población de una realidad haciéndolo sentir identificada con su pasado, y con esto no se pretende “criminalizar” la historia, pues surge como necesidad, ya que “Si tengo historia, pertenezco”. Por otra parte, lo emotivo, se refiere a lo subjetivo, es decir aquellos sentimientos que le dan “vida” e identidad, los rituales, costumbres y tradiciones que se llevan a cabo para hacer que la cultura perdure, pues sublima la condición.

Todo esto se ve reflejado en la cultura Maorí, donde el mito fundacional de aquella región trataba de explicar más que el origen del ser, el orden social que los llevó a ser entre una serie de particularidades geográficas, mediante un código específico, es decir, el lenguaje, el cual juega un papel fundamental. Así como apertura el conocimiento, genera violencia simbólica, arbitrariedad cultural y determina las ideas y su orden. Pero ¿Qué sucede cuando una cultura se niega a “adaptarse” a los cambios de una era globalizante y prefiere anclarse a creencias ancestrales como forma única de transición?

Los Maoríes son una etnia polinesia que llegó a las islas de Nueva Zelanda, el mito fundacional de esta cultura relata la historia del antepasado Paikea quien viajó sobre el lomo de una ballena hacia Nueva Zelanda, buscando nueva vida, en la película se ven los esfuerzos del abuelo por preservar la cultura a modo de imposición, buscando arbitrariamente el descendiente de Paikea, el cual debería cumplir con ciertas características, primordialmente que fuera varón, y no por machismo, sino porque así estaba determinado el orden social en la cultura, donde cada cual cumple un rol preestablecido, de acuerdo a su linaje, sexo, potencial, virtudes, entre otras.

La enculturación, se presenta cuando las generaciones adultas transmiten sus conocimientos, tradiciones, simbolizaciones etc. a las nuevas generaciones en este caso los niños, esto con el afán de que no se pierda su propia cultura  sin embargo puede haber resignificaciones de esta misma con las nuevas generaciones no haciéndola estática, claro sin perder lo primordial que los distingue como cultura y sociedad. 

Aquí todos muestran cierta identidad por la cultura en la que se están desarrollando, y hasta cierto punto firmeza y respeto por las tradiciones y costumbres de su comunidad, pero como todo ser humano envuelto en la modernidad líquida piensan en alejarse de la cultura que los vio crecer y desarrollarse, no quieren anclarse, comienza a realizar actividades que involucran costumbres extranjeras o aspiraciones de primer mundo, y frente a esto, Paikea y su abuelo por medios distintos tratan de hacer perdurar la cultura, en varias escenas simbólicamente la niña insiste con tolerancia, respeto, sabiduría y voluntad los lazos culturales y familiares que se han roto, como la soga de la lancha de su abuelo y que solo la niña con paciencia y voluntad ha de unir.

Lo anterior se puede reflejar en la última escena donde la población Maorí después de la tragedia de las ballenas ancladas en la arena, es Paikea  la persona que tanto espero y pidió el abuelo, (la niña del mito fundacional), y que ella unió a su pueblo, se puede ver la enculturación donde todos cantan y hacen la danza Haka (niños, adultos, ancianos), incluso la resignificación no fue un niño el del mito fue una niña y no cambio lo primordial de esta cultura, todos contribuyen al meter a la canoa al mar, siempre destacando sus símbolos (que se encontraban en la canoa tallados, incluso la misma canoa) la significación que le dan (la canoa es la ballena), respetando y llenarse de orgullo al hacer tradición generando identidad. 

Por lo tanto, el mito cumple su cometido al verse trascender a las nuevas generaciones que se empoderaron al sentirse identificados y empatizados a pesar de los cambios que se generan al no ser un hombre el que los guiara a su destino, sino Paikea, poniendo en primer lugar las tradiciones, el conocimiento, creencias, el arte, la moral, el derecho y las costumbres, pero abriéndose al cambio que les dará una mejor significación y empoderamiento de su cultura la cual para no morir evoluciona, con un sentido de identidad más fuerte en el que se sienten seguros de dejarse guiar hacia su nuevo destino, el cual de manera metafórica es la “canoa” en la que parten, la cual será el símbolo que los identificara y se trasformara en enculturación en las siguientes generaciones.

    Nombre del equipo: Jhanpasilu
    
    Integrantes:
 

·         García Vega Lucía.
·         López Castro Irma Patricia.
·         Martínez Rodríguez Silvia Sugeily.
·         Mota Estévez Jhovana.





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